La depresión es un trastorno del estado de ánimo en el cual las personas experimentan sentimientos de tristeza, soledad y pérdida de interés por períodos prolongados. En el mundo, se calcula que 1 de cada 10 personas reporta síntomas de depresión o estados de ánimo depresivos.

‌‌‌‌Síntomas de depresión

La depresión puede provocar varios síntomas, entre los que se encuentran:

  • Pérdida de interés en las actividades normales 
  • Sensación de tristeza
  • Cambios en el apetito
  • Sensación de culpa
  • Reportar que las actividades diarias "requieren mucho esfuerzo" 
  • Ansiedad
  • Inquietud
  • Dificultad para dormir
  • Dormir demasiado 
  • Reacciones irracionales 
  • Arranques de ira
  • Dificultad para concentrarse o para tomar decisiones
  • Dolor inexplicable (no físico)

‌‌‌‌¿Qué causa la depresión?

Existen muchos factores que contribuyen a la depresión. Algunas personas con síntomas de depresión podrían presentar cambios físicos en el cerebro, quizá por una apoplejía, por el consumo crónico de alcohol o por lesiones traumáticas al cerebro debido a un accidente.

Los cambios hormonales también podrían contribuir a que se desarrollen síntomas de depresión: un incremento o disminución de la hormona tiroidea, de las hormonas sexuales, de los glucocortcoides como el cortisol, nuestra hormona del estrés, o de la insulina o glucagón (las hormonas que controlan la forma en que se descompone el azúcar para obtener energía).

Los cambios en la vida también pueden desencadenar la depresión. Por ejemplo, la pérdida de un ser querido, el fin de una relación, el estrés financiero o los traumas son eventos comunes que se sabe que desencadenan estos síntomas. Si un pariente cercano presenta episodios de depresión, es posible que usted también tenga una predisposición genética a desarrollar estados de ánimo depresivos.

También podrían ser el resultado de desequilibrios químicos. El funcionamiento de su cerebro es cuidadosamente controlado mediante el equilibrio de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores. Estas sustancias químicas transportan las señales a través de su cerebro y hacia su cuerpo. Si los niveles de estas sustancias químicas cambian, se podrían generar síntomas de depresión.

Estrategias naturales para combatir la depresión

Los investigadores han estudiado numerosas plantas, suplementos y vitaminas para determinar si pueden beneficiar a las personas con depresión.

1. La hierba de San Juan y el control de la depresión

La Hypericum perforatum, también conocida como (hierba de San Juan) es una planta arbustiva con flores amarillas. Esta crece de forma silvestre en Europa, partes de Asia, partes de África y al oeste de Estados Unidos. La hierba de San Juan ha sido usada por siglos y podría ayudar a tratar una variedad de afecciones de salud, entre las que está el control de los síntomas de depresión.

La composición química de la hierba de San Juan ha sido bien estudiada y las investigaciones actuales respaldan el uso tradicional de la planta. Entre las propiedades de esta hierba se encuentran sus efectos antidepresivos, antivirales y antibacterianos.

Estas propiedades son atribuibles a sus compuestos químicos como la hipecerina y los constituyentes flavonoides. La hiperforina es uno de los principales componentes de la hierba de San Juan y podría ser la responsable de su actividad antidepresiva. La hiperforina ha demostrado ser un inhibidor de la captación de neurotransmisores como la 5-HT, la dopamina, la noradrenalina y el GABA. Esta mantiene el equilibrio químico en el cerebro, combatiendo una de las causas de los síntomas de depresión.

Las flores son usadas para crear el suplemento que a menudo viene en forma de tés, comprimidos y cápsulas.

2. La SAM-e y el equilibrio químico

La S-adenosil-L-metionina (SAM-e) es un compuesto producido de forma natural por el cuerpo, el cual tiene un papel en muchas de las funciones vitales. En el cerebro, la SAM-e ayuda a producir los neurotransmisores serotonina, melatonina y dopamina. La serotonina es un importante neurotransmisor que puede ayudar a regular el estado de ánimo, la felicidad y la ansiedad.

Este compuesto se encuentra en cada célula viva del cuerpo y se forma a partir de la metionina, un aminoácido esencial o elemento básico de las proteínas, y la adenosina trifosfato. La SAM-e tiene muchas funciones, entre las que se encuentra la metilación, que es el mecanismo por el cual se controla la síntesis de neurotransmisores.

La metilación en el cuerpo es un proceso químico mediante el cual un grupo químico, compuesto por una molécula de carbono y tres moléculas de hidrógeno, es agregado a otro grupo químico. La SAM-e actúa como donante de ese grupo metilo. Imagine que la SAM-e es la madre dejando a su hijo (grupo metilo) en el compuesto químico (autobús). Una vez que el grupo metilo ha sido entregado, este se adhiere al compuesto químico que a su vez se convierte en un neurotransmisor, o este puede desactivar a los neurotransmisores. Las reacciones de metilación dependientes de la SAM-e también son necesarias en la síntesis e inactivacion de los neurotransmisores (como la noradrenalina, la adrenalina, la dopamina, la serotonina y la histamina). 

En otras palabras, la SAM-e puede mantener el equilbrio químico en el cerebro.

‌‌‌‌3. El 5-HTP y los niveles de serotonina en el cerebro

El 5-Hidroxitriptófano (5-HTP) es un químico que el cuerpo produce a partir del triptófano, otro aminoácido, o elemento básico de las proteínas. El triptófano se encuentra de forma natural en algunos alimentos como el pavo, el pollo, la leche, las algas, las semillas de girasol, los nabos y las acelgas, las patatas y las calabazas. El cuerpo absorbe este aminoácido de los alimentos y lo convierte en 5-HTP.

El 5-HTP es el precursor del aminoácido esencial L-triptófano, el cual es fundamental para la síntesis de serotonina. La enzima triptófano hidroxilasa convierte el L-triptófano en 5-HTP. La triptófano hidroxilasa puede ser inhibida por varios factores, incluyendo el estrés, la regulación inadecuada del azúcar y las deficiencias de vitamina B6 o magnesio.

Así que si uno de estos factores está presente, el cuerpo podría tener dificultades para producir serotonina. Los menores niveles de serotonina, o un desequilibrio en las sustancias químicas del cerebro, podrían generar síntomas de depresión. 

El 5-HTP podría ayudar a elevar los niveles de serotonina en su cerebro, contribuyendo a mantener el equilibrio químico en este. El 5-HTP también está disponible como un suplemento hecho a base de semillas de Griffonia simplicifolia, una planta africana.

4. Los ácidos grasos omega 3 y la energía

Los ácidos grasos omega 3 son grasas poliinsaturadas, lo que quiere decir que poseen más de un enlace químico doble.

Los ácidos grasosomega 3 son escasos en la mayoría de las dietas. La cría intensiva de animales domésticos (incluyendo peces) ha producido cambios en la composición de la dieta de origen animal, creando productos con bajo contenido de ácidos grasos omega 3 en comparación a aquellos que se producían anteriormente.

Se sabe que los ácidos grasos omega 3 son esenciales para un metabolismo saludable o una descomposición adecuada de los alimentos para producir energía. Existen otros tipos de ácidos grasos aparte del omega 3, entre los que está el omega 6. Para un funcionamiento ideal, la proporción entre ácidos grasos omega 6 y omega 3 debe ser de 4 a 1. La dieta promedio, rica en alimentos procesados, aumentará la ingesta de omega 6 de una persona, llevando la proporción a 10 a 1, o incluso hasta 50 a 1. Esto podría afectar el equilibrio químico y el funcionamiento normal del cerebro.

Los suplementos con ácidos grasos omega 3 pueden tener un origen vegetal o animal. Cuando los ácidos grasos omega 3 son obtenidos de los peces, estos son llamados ácido eicosapentaenoico (EPA, por sus siglas en inglés) y ácido decosahexanoico (DHA, por sus siglas en inglés). Los ácidos grasos omega 3 de origen vegetal son llamados ácido alfa-linolénico (ALA, por sus siglas en inglés). Los ácidos grasos omega 3 EPA y DHA son los que se recomiendan con mayor frecuencia a las personas con depresión.

‌‌‌‌5. La vitamina D y los síntomas de depresión

La vitamina D ha sido asociada con muchos beneficios para la salud, incluyendo el buen estado de los huesos y de los sistemas inmunológico y cardiovascular. Su cuerpo produce vitamina D cuando la piel se ve expuesta a la luz UV. La mayoría de las personas padece deficiencia de vitamina D ya que los trabajos y actividades orientados a la tecnología y la informática nos mantienen en ambientes cerrados.

 Usted también puede obtener vitamina D de alimentos como los productos lácteos, sardinas y huevos. La suplementación con vitamina D es una manera sencilla de obtener este nutriente esencial. Se han descubierto correlaciones entre los niveles bajos de vitamina D y los síntomas de depresión.

El desequilibrio de sustancias químicas en el cerebro asociado con la depresión guarda relación con el incremento en la cantidad de iones de calcio (partículas cargadas) dentro de las neuronas del cerebro. Un nivel elevado de iones de calcio evita la liberación de ciertos neurotransmisores. Se cree que la vitamina D  reduce la cantidad de iones de calcio, permitiendo que los niveles de neurotransmisores se normalicen.

Si bien los episodios depresivos son comunes en todo el mundo, afortunadamente podemos ayudar a aquellos que los padecen de una forma saludable y natural.

Referencias:

  1. McCarter, T. Depression Overview. Am Health Drug Benefits. 2008 Apr; 1(3): 44-51.
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  3. Teodoro, B. S-Adenosyl-L-methionine (SAMe): from the bench to the bedside—molecular basis of a pleiotrophic molecule. Am Journal of Clinical Nutrition. 2002; 76(5): 1151S-1157S.
  4. Birdsall, T.C. 5-Hydroxytryptophan: A Clinically-Effective Serotonin Precursor. Altern Med Rev. 1998;3(4):271-80.
  5. Wani, L. Ahmad, S., Bhat, I et al. Omega-3 fatty acids and the treatment of depression: a review of scientific evidence. Integr Med Res. 2015; 4(3): 132-141.
  6. Berridge, M.J. Vitamin D and Depression: Cellular and Regulatory Mechanisms. Pharmacol Rev. 2017;69(2):80-92.