La indigestión es un problema común. Por la general, se la define como malestar, acidez, hinchazón, gas o dolor relacionado con el tracto gastrointestinal superior. Las estimaciones indican que alrededor del 20 % de la población sufre de indigestión con regularidad.

Si bien las causas específicas no siempre pueden ser identificadas, muchas sí pueden ser descartadas. Por ejemplo, una causa común de la indigestión es la proliferación excesiva de la bacteria Helicobacter pylori en el estómago. Las úlceras pépticas y el reflujo gastroesofágico también son causas comunes de la acidez. Siempre es recomendable consultar con un médico si presenta problemas digestivos. 

Dicho esto, en muchos casos en los que la persona está sufriendo indigestión sin una causa identificable, varios tratamientos naturales surgen como una opción potencialmente beneficiosa.

Probióticos para la indigestión

Los probióticos son bacterias o levadura beneficiosas que normalmente se usan para mejorar los síntomas digestivos. El tracto gastrointestinal está recubierto con bacterias que pueden tener un rol complementario en la digestión. Si algo no va bien, y ciertas bacterias problemáticas proliferan en exceso, se pueden producir síntomas digestivos. Una estrategia simple para tratar de estimular el sistema inmunitario y ayudar a eliminar las bacterias problemáticas es usar probióticos.

Las investigaciones respecto al uso de probióticos para tratar la indigestión no son abundantes, pero, incluso así, estas indican beneficios. Las investigaciones disponibles también muestran que una mezcla de organismos probióticos es mejor que las fórmulas probióticas de un solo organismo. Debido a la necesidad de más investigaciones, las especies o cepas específicas de bacterias que tienen beneficios consistentes no han sido bien identificadas. 

Si los síntomas de indigestión se combinan con el síndrome de colon irritable (diarrea o estreñimiento y dolor en la región abdominal inferior relacionado con las evacuaciones), la probabilidad de producir beneficios es aún mayor con los probióticos.

Resulta interesante el hecho de que los probióticos están mostrando beneficios para patologías que van más allá de la indigestión. Por lo tanto, su uso podría ayudar a reducir los síntomas de otras patologías sumado a sus beneficios gastrointestinales. Las investigaciones indican que ciertos probióticos podrían ser útiles para las alergias, para prevenir infecciones respiratorias, mejorar la salud mental y ayudar con la pérdida de peso.

Los probióticos pueden venir en muchas marcas y diversos tipos, haciendo que sea algo confuso decidirse por un producto. En general, se prefiere un producto que incluya cepas bacterianas bien estudiadas y que hayan sido usadas en ensayos clínicos. Si una marca de probióticos no ayuda, probar un producto distinto con cepas bacterianas diferentes aún podría brindar beneficios.

Enzimas digestivas e indigestión

Las enzimas digestivas son una forma de promover la digestión de alimentos a fin de reducir o eliminar los síntomas digestivos. La digestión es un proceso complicado que comienza en la boca y que termina en el intestino delgado, donde la mayoría de los nutrientes son finalmente absorbidos. Debido a la complejidad de la digestión, no es inusual que algo vaya mal. Los alimentos que no son bien digeridos pueden convertirse en una fuente alimenticia para las bacterias en el tracto gastrointestinal, lo que a su vez puede crear o exacerbar los síntomas en el tracto digestivo. Al promover la digestión con las enzimas digestivas, se podría restablecer el proceso digestivo y reducir los síntomas.

Los estudios acerca de las enzimas digestivas no son abundantes, pero parecen mostrar beneficios para una serie de patologías, entre ellas, el síndrome de colon irritable y la sensibilidad al gluten (trigo) no celíaca. El estudio más directo proveniente de China evaluó el uso de enzimas digestivas para tratar la indigestión y descubrió una eficacia de 80 % en la reducción de los síntomas comunes. Si va a usar suplementos con enzimas digestivas, estos, por lo general, se toman antes de las comidas para maximizar los beneficios.

Fibra para la indigestión

Si bien a menudo es el blanco de las bromas, la fibra es beneficiosa para tratar más que el estreñimiento. De hecho, las investigaciones indican que la fibra nutricional reduce el riesgo de muerte por todas las causas en 11 % por cada incremento de 10 gramos en la fibra que se consume cada día. La fibra ha demostrado que tiene potenciales beneficios para la pérdida de peso y el control del nivel de azúcar en el sangre. Esta incluso ayuda a reducir el riesgo de cardiopatías.

Para los síntomas digestivos, también se ha demostrado que la fibra soluble es beneficiosa. Un metanálisis de las investigaciones publicadas concluyó que la fibra soluble es efectiva para reducir los síntomas del colon irritable, que a menudo se suman a los de la indigestión simple. Se descubrió que en los niños, la goma guar parcialmente hidrolizada (un tipo de fibra soluble) mejoraba el dolor abdominal funcional. Sin embargo, es importante reconocer que algunas personas responden de manera negativa a la fibra, experimentando más gases e hinchazón. Entre las fibras con menor tendencia a producir gas e hinchazón y que a menudo resultan beneficiosas están la goma guar parcialmente hidrolizada y la fibra de acacia.

Menta para la indigestión

La menta tiene un largo historial de uso como hierba calmante para el tracto digestivo. La menta, que es conocida por sus efectos antiespasmódicos, relaja los músculos a lo largo del tracto gastrointestinal y tiene algunas propiedades que alivian los dolores leves. Además, la menta tiene propiedades antibacterianas y antivirales, que podrían ser relevantes por sus efectos sobre la flora gastrointestinal. Los estudios que exploran el uso del aceite de menta para el tratamiento del síndrome de colon irritable habitualmente han descubierto beneficios considerables en la reducción de los síntomas de dicha patología. Estos estudios usaron cápsulas con recubrimiento entérico conteniendo aceite de menta. La cápsula recubierta evita la liberación del aceite en el estómago y, en vez de eso, lleva el aceite de menta al intestino delgado. 

Se ha descubierto que para la indigestión, una combinación de aceite de menta y aceite de alcaravea en una cápsula con recubrimiento entérico también es efectiva para mejorar los síntomas. En un estudio, el dolor y malestar en la región abdominal superior se redujeron considerablemente con cuatro semanas de tratamiento. Si bien normalmente es seguro, algunas personas experimentan mayor acidez con el aceite de menta. Si una persona experimenta acidez con regularidad, el uso del aceite de menta debería ser abordado con cautela debido a que los síntomas podrían empeorar en algunas personas.

Si bien el té de menta puede ayudar en algunos casos, la mayor parte de las investigaciones se han enfocado en el aceite de menta con recubrimiento entérico. 

Vinagre de manzana para la indigestión

El vinagre de manzana (ACV, por sus siglas en inglés) es un antiguo remedio tradicional para casi todo. Si hace una búsqueda en línea, puede encontrar personas hablando acerca de cómo el ACV las ayudó prácticamente con cualquier síntoma o patología. Si bien este es más estudiado por sus efectos para reducir los niveles de azúcar en la sangre, los estudios también indican que podría tener beneficios para reducir el colesterol total y los triglicéridos.

Si bien es importante reconocer que no existen investigaciones publicadas acerca del uso de ACV para los malestares gastrointestinales, las pruebas testimoniales y la seguridad del ACV, cuando se usa de forma apropiada, lo convierten, a pesar de todo, en un remedio que vale la pena considerar. A menudo, se usa para la acidez y algunas investigaciones indican que el esfínter esofágico inferior es sensible al ácido, lo que quiere decir que se cierra cuando se ve expuesto al mismo. En algunas personas, el ACV podría ser una manera simple de mantener el esfínter cerrado después de una comida para ayudar a prevenir la acidez. Sin embargo, dado que el producto en sí mismo es ácido, una fracción de las personas podría no advertir ningún beneficio o, incluso, un agravamiento de los síntomas. En estas personas, se debería suspender el uso de ACV.

Dado que el ACV es fermentado, un producto sin procesar normalmente contendrá algunos organismos probióticos que también pueden ayudar a mejorar los síntomas gastrointestinales. Si se busca maximizar los efectos gastrointestinales del ACV, normalmente recomiendo un producto sin procesar, excepto en casos donde la persona está inmunocomprometida.

Para consumir ACV de manera segura, este debería ser diluido en agua. El vinagre puede dañar los dientes y quemar el esófago si se usa a plena potencia. Si bien existen tabletas o pastillas de vinagre, las investigaciones han descubierto que algunos productos tienen niveles de pureza y seguridad cuestionables. El vinagre normalmente contiene de 4 a 8 % de ácido acético, y lo restante en su mayoría es agua.

Para crear un polvo, esta agua debería ser eliminada, lo que concentraría el ácido. El ácido acético altamente concentrado es cáustico, bastante peligroso y quema los tejidos con facilidad. Se han reportado casos clínicos donde se documentan quemaduras esofágicas a causa de las tabletas de vinagre. Cuando se diluye en agua, el ACV líquido estándar conserva sus beneficios y reduce al mínimo los riesgos. Es recomendable enjuagar la boca con agua después del consumo para ayudar a proteger los dientes.

Otro caso clínico reportado también indica que el consumo diario de grandes cantidades de vinagre puede mermar los niveles de potasio y provocar pérdida ósea. En el informe, se señalaba que la persona consumía 8.5 onzas (240 gramos) de vinagre al día por seis años, bastante por encima de la dosis diaria típica de media onza a una onza por día que a menudo se recomienda. Sin embargo, en las personas con bajo nivel de potasio, el consumo regular de vinagre como suplemento debería abordarse con cautela y estos niveles deberían ser monitoreados.

Conclusiones

La indigestión es un problema común que a menudo no tiene una causa fácilmente identificable. Para las personas que sufren de indigestión constante, los remedios naturales pueden ayudar a reducir o eliminar los síntomas. Cuando se usan de forma apropiada, la mayoría de los tratamientos naturales son bastante seguros y producen una cantidad mínima de efectos secundarios. Los tratamientos que incluyen a los probióticosenzimas digestivasmentafibraACV podrían ser útiles para ciertos individuos.

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