La enfermedad de Alzheimer es un trastorno del cerebro que generalmente afecta a los adultos de edad avanzada. La enfermedad de Alzheimer no tiene una cura específica y puede causar muchas frustraciones y desafíos tanto al paciente como a quienes cuidan de él. Los primeros síntomas incluyen el olvido de nombres, confusión, y problemas con las palabras y el habla, mientras que los síntomas de etapas posteriores incluyen problemas más severos, como paranoia y comportamiento abusivo.

Menos del uno por ciento de los casos de la enfermedad de Alzheimer se presentan antes de los 65 años, pero los científicos predicen que, después de los 65 años, una de cada nueve personas está en riesgo. Según la publicación Journal of Alzheimer's Disease, se anticipa que la incidencia de la enfermedad de Alzheimer se triplicará en las próximas décadas.

Se considera que la enfermedad de Alzheimer es causada por los depósitos de una proteína en el cerebro denominada beta amiloide (o Aβ). La proteína Aβ crea un tipo de "tejido cicatrizal" en el cerebro, lo que tiene como resultado la pérdida de memoria y otros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Evitar que se deposite la proteína Aβ puede ser la respuesta para prevenir y posiblemente revertir esta enfermedad debilitante.

Síntomas de la enfermedad de Alzheimer

  • Problemas con las palabras y el habla (afasia)
  • Dificultad para tomar decisiones (agnosia)
  • Pérdida de la memoria, problemas con la memoria reciente mientras permanece la memoria a largo plazo (amnesia)
  • Problemas para recordar los nombres de las cosas (anomia)
  • Uso incorrecto de los objetos (apraxia)

Factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer

  • Uso de tabaco
  • Dieta baja en frutas y verduras
  • Presión arterial elevada
  • Inactividad física
  • Más de 65 años de edad
  • Diabetes
  • Historia de traumatismo cerebral (TBI, por sus siglas en inglés)
  • Antecedentes familiares: El 25 por ciento de los casos parecen ser genéticos, a causa del gen de alipoproteína E-e4 (APOE-e4)

Aunque no existe una cura definitiva para la enfermedad de Alzheimer, los científicos han realizado investigaciones prometedoras sobre el papel de la nutrición y el ejercicio en su avance.

Los ácidos grasos omega 3 y la enfermedad de Alzheimer

Los ácidos grasos omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados que ofrecen diversos beneficios para el cuerpo y el cerebro. Específicamente, el ácido docosahexaenoico (ADH) es uno de los principales componentes estructurales del cerebro humano. El ADH es un componente clave de las membranas de las neuronas, y es vital no solo por su estructura sino por su función. Los estudios han demostrado que una cantidad insuficiente de ADH en el cerebro puede causar diversos problemas de salud que afectan los nervios y el comportamiento.

De acuerdo con la publicación Journal of Alzheimer's Disease, los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiamiloides y antiinflamatorias. Imágenes especiales del cerebro demuestran que se produce un flujo sanguíneo mayor en las regiones del cerebro responsables de la memoria y el aprendizaje en las personas con niveles de omega 3 más elevados. Una dieta con muchos pescados y mariscos también es beneficiosa para la salud del cerebro.

Dosis sugerida: 1000 mg a 4000 mg por día.

La cúrcuma y la enfermedad de Alzheimer

De acuerdo con un estudio de 2018 en la publicación Neural Regeneration Research, la cúrcuma puede tener un papel significativo para mantener la salud del cerebro. La cúrcuma, también conocida como Curcuma longa y azafrán de la India, es una planta de raíz de la familia del jengibre, que se consume frecuentemente por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y beneficiosas para la salud digestiva.

Se cree que la curcumina, el químico activo que se encuentra en la raíz de la cúrcuma, proporciona muchos de los beneficios para la salud. Muchas personas han usado la cúrcuma como una especia para mejorar el sabor de la comida durante más de 4000 años. Dado que la cúrcuma es más común en las dietas de las personas que viven en Asia y en la India, esto puede explicar por qué estas poblaciones tienen menos incidencias de enfermedad de Alzheimer en comparación con quienes viven en Europa y Norteamérica.

Según un estudio de 2018, se ha demostrado que la cúrcuma:

  • Reduce la producción de Aβ
  • Evita los depósitos de Aβ en el cerebro
  • Incrementa la eliminación de Aβ del cerebro
  • Incrementa el glutatión en el cerebro, un potente antioxidante
  • Detiene el envejecimiento de las neuronas
  • Reduce el daño oxidativo en el cerebro
  • Reduce la inflamación en el cerebro

Los autores del estudio también mencionan que las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma tienen un papel fundamental en la tarea de ayudar a proteger al cerebro de diversos ataques que causan la enfermedad de Alzheimer.   

La cúrcuma puede consumirse como especia, como té caliente o en forma de suplemento.

La dosis sugerida es de 500 a 1000 mg una o dos veces al día.

Cobalamina (vitamina B12)

La vitamina B12 (también denominada cobalamina o cianocobalamina) es un nutriente importante que su cuerpo necesita para ayudar a optimizar la salud del cerebro, los nervios y la sangre. No obstante, a pesar de su importancia, hay mucha evidencia que demuestra que las personas de todo el mundo padecen deficiencias de este nutriente esencial. Estudios de Estados Unidos demuestran que hasta una en seis (17 por ciento) de todas las personas mayores de 60 años padece deficiencia de vitamina B12, mientras que hasta una en quince (seis por ciento) de las personas menores de 60 años padece una deficiencia. Pero esta preocupación no es exclusiva de los estadounidenses. En el norte de China, por ejemplo, un estudio de 2014 demostró que hasta el 45 por ciento de las mujeres chinas padecen deficiencias de vitamina B12. Muchos otros países también se ven afectados.

La vitamina B12 tiene muchas funciones, entre ellas:

  • Mejora la fatiga
  • Optimiza la función de la memoria
  • Optimiza el sueño
  • Ayuda a producir glóbulos rojos
  • Participa en la síntesis del ADN
  • Ayuda en la producción de proteínas
  • Ayuda en la producción de químicos cerebrales (neurotransmisores) que previenen la depresión
  • Mejora la función y comunicación de los nervios
  • Baja los niveles de homocisteína: los niveles elevados del aminoácido homocisteína están asociados con un riesgo mayor de padecer demencia, enfermedades cardíacas y apoplejías.  La vitamina B12 baja la homocisteína.

Dosis sugeridas:

  • Tabletas de vitamina B12: disponibles como vitamina B12 (cianocobalamina) o metilvitamina B12 (metilcobalamina). La dosis oral diaria va de 500 mcg a 5000 mcg.
  • Spray oral de vitamina B12: la dosis oral diaria va de 500 mcg a 5000 mcg.
  • Gotas líquidas de vitamina B12: disponibles como vitamina B12 (cianocobalamina) o metilvitamina B12 (metilcobalamina). La dosis oral diaria va de 500 mcg a 5000 mcg.
  • Inyecciones de vitamina B12: en la mayoría de los países deben ser recetadas por un médico. Pueden inyectarse 1000 mcg una vez por semana o por mes.

Zinc

El zinc es un mineral esencial fundamental para la salud óptima, necesario, entre otras cosas, para asegurarnos de optimizar la salud del cerebro. Una dieta nutritiva y variada rica en alimentos que contienen zinc es importante para garantizar niveles adecuados de zinc en la sangre y los tejidos. El zinc puede ser muy útil para diversas afecciones de salud. Determinados medicamentos pueden reducir los niveles de zinc en el cuerpo humano. En caso de tomarlas, deben tomarse precauciones adicionales para asegurar un consumo adecuado de zinc.

El zinc tiene un papel importante en la salud del cerebro. En caso de padecer una deficiencia, las personas pueden tener dificultades para recordar las cosas. No obstante, el zinc es solo parte de la ecuación: la otra es el cobre. Conocer el índice de cobre a zinc puede ser importante. Es posible analizar los niveles de ambos minerales mediante un sencillo análisis de sangre. Los niveles bajos de zinc en la sangre, así como los niveles demasiado altos de cobre, incrementan el riesgo de padecer demencia, de acuerdo con un estudio en Journal of Alzheimer's Disease. Según el Dr. Dale Bredesen, investigador de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), el índice óptimo de cobre a zinc es de 0.8:1.2. Los niveles óptimos de zinc en la sangre son de 90 a 110 mcg/dl. Un estudio realizado en Rusia en 2017 sugirió que el zinc podría ayudar a la recuperación de las neuronas.

Dosis sugerida:

  • Las formas con mejor absorción son el picolinato de zinc, el gluconato de zinc, el bisglicinato de zinc y el citrato de zinc. La dosis normal es de 10 mg a 25 mg por día
  • También puede tomarse un suplemento multivitamínico de calidad con zinc
  • Pastillas de zinc: tomar como se indique en la etiqueta.

Niacina (vitamina B3)

Los científicos creen que la enfermedad de Alzheimer puede ser causada por una insuficiencia severa de niacina. Un estudio de 2004 demostró que una ingesta adecuada de niacina podría tener un efecto de protección en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo relacionado con la edad.

Dosis sugerida: considere comenzar con 100 mg una o dos veces al día.

Después de un par de semanas, muchas personas aumentan la dosis a 250 o 500 mg dos veces al día. Si no se produce enrojecimiento u efectos secundarios, muchos aumentan a 1000 mg dos veces al día, para obtener beneficios óptimos. Consulte a su médico antes de comenzar si está tomando medicamentos recetados o si padece diabetes.

Dieta

De acuerdo con la Mayo Clinic, estudios de observación han sugerido que la dieta puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer hasta un 53 por ciento a la vez que ayuda a retrasar el deterioro cognitivo y mejorar los niveles de memoria en los pacientes. Los superalimentos que mejoran la memoria y pueden ayudar a combatir la enfermedad de Alzheimer incluyen los vegetales y las verduras de hoja como la espinaca, los rábanos, la col rizada y ciertas verduras crucíferas como la coliflor, el repollo, el berro, el bok choy, el brócoli y los repollitos de Bruselas. Intente minimizar los carbohidratos simples: evite el pan, la pasta, los alimentos procesados, los azúcares y la comida rápida. Consuma una dieta más basada en vegetales. Coma pescado capturado en su hábitat natural (no de criadero), pero no más de una vez por semana. Si consume carne, elija carne de res, de pavo y de pollo alimentados en pastizales sin hormonas.

En estudios recientes, los científicos han determinado que seguir la dieta mediterránea está vinculado a una reducción de la acumulación de proteína Aβ en el cerebro. Sus datos demostraron que se produjo un deterioro cognitivo más bajo e incluso se redujo el riesgo de Alzheimer en los pacientes que siguieron la dieta mediterránea. Recientemente, España superó a Italia como el país más saludable del mundo, lo que los científicos atribuyen a la dieta mediterránea.

Los componentes clave de la dieta mediterránea incluyen:

  • Consumir principalmente alimentos vegetales, entre ellos, frutas, verduras, legumbres, granos integrales y frutos secos, entre ellos, las almendras, las castañas de cajú, los pistachos y las nueces. Propóngase ingerir de siete a diez porciones de frutas y verduras por día. Intente consumir pan integral, cereal, arroz y pastas.
  • Evite la manteca y la margarina lo más posible. Intente usar alternativas más saludables como el aceite de oliva o canola. Los aceites de oliva "extra virgen" o "virgen" son las formas menos procesadas, que contienen los niveles más altos de efectos antioxidantes.
  • En lugar de usar sal, condimente sus comidas con hierbas y especias.
  • Incorpore pescado en su dieta al menos una o dos veces por semana. El atún fresco, el salmón, la trucha y la caballa son opciones saludables. Son fuentes ricas en ácidos grasos omega 3.
  • Evite la carne roja lo más posible. En su lugar, elija pescados y carne de ave. Si come carnes rojas, intente limitarse a porciones pequeñas (no más grandes que un mazo de cartas). Evite la salchicha, el tocino y otras carnes con alto contenido de grasas.
  • Limite los productos lácteos con mayor contenido de grasa, como la leche entera o con 2 % de grasa, y cámbielos por leche descremada, yogur sin grasas y queso bajo en grasas.
  • Beba vino tinto en moderación. El alcohol en moderación se ha asociado con una reducción en el riesgo de las enfermedades cardíacas en algunos estudios. La cantidad recomendada es de no más de 5 onzas de vino por día para las mujeres (o los hombres mayores de 65 años) y no más de 10 onzas de vino por día para hombres menores de los 65 años.
  • Ejercicio, ejercicio, ejercicio.

Es importante reconocer que el enfoque de la dieta mediterránea no es limitar la cantidad total de grasas, sino disminuir las grasas saturadas y los aceites hidrogenados (grasas trans), que son factores de riesgo importantes en las enfermedades cardíacas y cerebrales. Las grasas mono y poliinsaturadas, como el aceite de oliva y el aceite de canola, contienen un ácido graso omega 3 específico denominado ácido linoleico que ayuda a bajar los niveles de triglicéridos, disminuir los riesgos de padecer coágulos sanguíneos, y está asociado con una disminución en el riesgo de padecer ataques cardíacos, así como con un efecto general de mantener la salud de sus vasos sanguíneos.

Estrategias para el deterioro cerebral

La disfunción cognitiva y la enfermedad de Alzheimer son afecciones que se harán más prevalentes en las siguientes décadas. Todos debemos emprender estrategias para ayudar a prevenir el deterioro cerebral. La farmacoterapia convencional siempre es una opción, pero considere el papel de la nutrición y las vitaminas en la salud del cerebro.

Referencias:

  1. J Alzheimer’s Dis. 2015;47(3):565-81. doi:10.3233/JAD-143108
  2. Journal of Alzheimer's Disease, vol.55, no.2, pp. 797-811, 2017
  3. J Alzheimer’s Dis. 2017;60(2):451-460. doi:10.3233/JAD-170354.
  4. National Institute of Aging. Accessed  Aug. 27, 2016 https://www.nia.nih.gov/alzheimers/publication/alzheimers-disease-fact-sheet
  5. Morris MC, Evans DA, Bienias JL, et al Dietary niacin and the risk of incident Alzheimer’s disease and of cognitive decline. Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry 2004;75:1093-1099.
  6. https://www.nia.nih.gov/alzheimers/publication/alzheimers-disease- fact-sheet
  7. Bredesen DE, Amos EC, Canick J, et al. Reversal of cognitive decline in Alzheimer’s disease. Aging
  8. Bredesen DE. Reversal of cognitive decline: A novel therapeutic program. Aging (Albany NY).
  9. Stewart, K. (2019). Mediterranean Diet Adherence Linked to Reduced Cerebral Aβ-amyloid Accumulation.Retrieved from https://todayspractitioner.com/alzheimers/mediterranean-diet-adherence-linked-to-reduced-cerebral-a%CE%B2-amyloid-accumulation/#.XKZ2phNKhTY
  10. Mediterranean diet: A heart-healthy eating plan. (2019). Retrieved from https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/nutrition-and-healthy-eating/in-depth/mediterranean-diet/art-20047801