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Por Dr. Michael Murray, médico naturópata
Uno de los elementos nutricionales más fascinantes en la lucha contra el envejecimiento es un aminoácido singular, ampliamente reconocido como espermidina.. Como su nombre indica, en 1678, el renombrado científico neerlandés Anton Van Leeuwenhoek, ampliamente reconocido como «el Padre de la Microbiología», fue quien descubrió la espermidina en el semen humano. La espermidina tiene una relevancia crucial en la función espermática, pero también desempeña un papel fundamental en todas las células del cuerpo.
La espermidina combate el proceso de envejecimiento a través de múltiples mecanismos biológicos. Sin duda, el papel de la espermidina en la mejora de la autofagia y el funcionamiento de las mitocondrias (esos elementos esenciales para generar energía en las células) son los factores determinantes que contribuyen a sus notables efectos antienvejecimiento, los cuales exploraremos en detalle en este artículo.
La implementación práctica de estos resultados implica considerar una dieta que sea abundante en espermidina o la incorporación de suplementos de espermidina como una estrategia para contrarrestar los efectos del envejecimiento.
En modelos de envejecimiento y en investigaciones con animales, el uso de espermidina ha demostrado extender la esperanza de vida, ya sea que se administre de manera continua a lo largo de la vida o en etapas posteriores. Cuando se trata de seres humanos, mantener los niveles de espermidina a lo largo de la vida se asocia con una mayor longevidad. En individuos de entre 60 y 80 años, se observaron niveles más bajos tanto de espermidina como de su metabolito espermina en comparación con personas menores de 50 años. No obstante, resulta interesante que las personas mayores de 90 años tengan niveles similares a los de las personas menores de 50 años. Este descubrimiento sugiere una conexión entre niveles elevados de espermidina y una mayor longevidad.
Laespermidinadesempeña un papel crucial en la función y supervivencia de las células. Es necesaria para la activación de moléculas clave implicadas en:
La espermidina también cumple una función crucial en la respuesta inmunitaria y en el sistema antioxidante, particularmente en la preservación de los lípidos de la membrana celular y del ADN.
Asimismo, la espermidina activa un componente fundamental en el funcionamiento del metabolismo: una enzima que se conoce como proteína cinasa activada por AMP (AMPk). La actividad de la AMPk desempeña un papel importante en el metabolismo energético y también está relacionada con la esperanza de vida. A medida que envejecemos, la activación celular de la AMPk disminuye, lo que puede llevar a la resistencia a la insulina, el deterioro hepático, la acumulación de grasa abdominal (visceral) y la pérdida de masa muscular (sarcopenia). La activación de la AMPk puede representar un efecto esencial para contrarrestar el envejecimiento provocado por la espermidina.
No obstante, en lo que respecta a sus propiedades antienvejecimiento, la mayoría de los estudios se han enfocado en la espermidina como un potenciador de la autofagia y la función de las mitocondrias.
Laautofagia se traduce como «autoalimentación». Se trata de un proceso de purificación celular en el cual los desechos acumulados se transportan hacia compartimentos celulares conocidos como lisosomas, donde se pueden descomponer y, posiblemente, reutilizarse.
La autofagia es el mecanismo de control de calidad de la célula que posibilita la eliminación de residuos celulares, microorganismos y compuestos no deseados, al tiempo que recicla los compuestos que se pueden rescatar.
La ciencia e importancia de la autofagia es un descubrimiento relativamente nuevo. En 2016, el biólogo japonés Yoshinori Ohsumi fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por sus investigaciones sobre los mecanismos de la autofagia.
Se ha observado que la autofagia mejorada está presente en seres humanos que alcanzan una edad excepcional y mantienen una salud óptima, y parece representar un factor esencial para una vida más longeva y saludable. La genética puede influir en la autofagia, pero la expresión de los genes relacionados con la autofagia puede ser notablemente influenciada por la dieta, el estilo de vida y la incorporación de suplementos alimenticios. La espermidina está emergiendo como un elemento dietético fundamental para estimular el funcionamiento de la autofagia.
La espermidina potencia la autofagia mediante su influencia en varios genes que estimulan este proceso, incluyendo el gen de la autofagia (ATG5). Las personas que tienen una sobreexpresión de este gen pueden experimentar una mayor longevidad. La expresión del ATG5 se reduce en respuesta al daño oxidativo y de los radicales libres, así como al deterioro en la función mitocondrial. Por lo tanto, la espermidina parece invertir el impacto de estos factores en la supresión de la autofagia.
Además de las pruebas de investigaciones experimentales que respaldan la idea de que el consumo de espermidina puede incrementar la esperanza de vida, también existen estudios en seres humanos que indican que un mayor consumo de espermidina se asocia con una tasa de mortalidad general más baja.
Dicho de otro modo, una mayor ingesta de espermidina puede aumentar la longevidad, lo que significa vivir una vida más larga y saludable. La espermidina muestra un gran potencial en la protección contra el proceso de envejecimiento, particularmente en órganos como el cerebro, el corazón, el hígado, las articulaciones y los músculos. Tales tejidos son especialmente susceptibles a los efectos perjudiciales del envejecimiento. Al potenciar la autofagia, la espermidina combate el envejecimiento en estos tejidos y en otros.
El declive en la autofagia acelera el proceso de envejecimiento al incrementar el daño oxidativo. Asimismo, conlleva una disminución en la regulación de la síntesis de proteínas celulares, reduce la generación de energía en la célula al obstaculizar la función mitocondrial, y genera otros desafíos bioquímicos vinculados a un aumento en la velocidad de envejecimiento celular. Estos efectos tienen un impacto sobre cada tejido del cuerpo, especialmente en el cerebro, ya que es el tejido con mayor actividad metabólica. El declive en la autofagia relacionado con la edad también es el responsable de la sarcopenia: la pérdida progresiva de masa muscular y fuerza asociada con el envejecimiento.
Una de las claves para favorecer el manejo de los desechos celulares en su organismo radica en prevenir su formación y acumulación desde el inicio. El envejecimiento acelerado en los seres humanos se caracteriza por la presencia de una inflamación crónica de bajo grado. Este proceso se denomina envejecimiento inflamatorio (en inglés: inflammaging) y la inflamación también conduce a una reducción de la autofagia.
Algunos factores desencadenantes de la inflamación incluyen un control inadecuado de los niveles de azúcar en sangre y la carencia de elementos clave en la dieta que combaten la inflamación, como los ácidos grasos omega-3 , alimentos ricos en polifenoles como las bayas, diversas frutas, verduras de hojas verdes y vegetales con alto contenido de carotenoides, entre otros.
Durante el proceso de envejecimiento inflamatorio, la disminución en la función mitocondrial se debe principalmente al daño y al estrés ocasionados por la presencia de radicales libres y prooxidantes. Ello conlleva una mayor formación de residuos celulares dentro de la propia célula. De ahí el término «garb-aging» (en ingles: envejecimiento por desechos) se emplea para describir los efectos resultantes de la acumulación excesiva de residuos celulares, la disminución de la autofagia, o una combinación de ambas. La espermidina puede contribuir a prevenir el proceso de envejecimiento relacionado con la acumulación de desechos al funcionar como antioxidante y potenciar la autofagia.
La espermidina se encuentra en muchos alimentos, pero en pequeñas cantidades. El germen de trigo, los granos enteros, las legumbres, productos a base de soya y hongos son algunas de las fuentes alimenticias que contienen los niveles más elevados de espermidina. Los quesos curados y los alimentos fermentados también son buenas fuentes, junto con el hígado de pollo o ternera.
La ingesta diaria estimada de espermidina para adultos en Estados Unidos y Europa es de aproximadamente 12,5 mg al día. Tres cucharadas de germen de trigo brindan alrededor de 5 mg de espermidina, o cerca del 40 % de la ingesta diaria habitual.
Además de la ingesta alimentaria, la espermidina también se forma en el organismo. Una de ellas es el aminoácido ornitina a través de su metabolito putrescina. Esta manera consiste en convertir la putrescina en espermidina a través de la enzima espermidina sintasa. La espermidina puede transformarse en espermina y reconvertirse de nuevo en espermidina. A pesar de que la espermidina, la espermina y la putrescina pueden interconvertirse, la espermidina destaca como la poliamina predominante y más vital para la fisiología celular humana.
Las bacterias intestinales también pueden producir espermidina y otras poliaminas. Debido a que no todas las bacterias intestinales generan poliaminas, las composiciones variadas del microbioma pueden propiciar una producción de espermidina más beneficiosa. Dentro del revestimiento intestinal, la espermidina conlleva varios efectos positivos, tales como la prolongación de la vida celular, la regeneración del epitelio intestinal dañado y la mejora en la generación de energía celular.
La suplementación con espermidina es una forma viable de aumentar la ingesta de espermidina. Resulta interesante que, al administrar 15 mg diarios de espermidina a voluntarios sanos, se observó un aumento significativo en los niveles de espermina en el plasma sanguíneo; sin embargo, no se registraron cambios en los niveles de espermidina ni de putrescina. La espermina se desplaza a través del torrente sanguíneo hacia los distintos tejidos del cuerpo, donde gran parte de ella se convierte nuevamente en espermidina. La espermina también posee algunos beneficios.
Junto con los sólidos estudios experimentales y observaciones en seres humanos que sugieren que una mayor ingesta de espermidina puede prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad, también se han llevado a cabo varios ensayos clínicos que involucran extractos concentrados de germen de trigo, ricos en espermidina, y han arrojado resultados favorables en pacientes de edad avanzada con problemas de memoria y función cognitiva deteriorada.
El estudio doble ciego más reciente se enfocó en evaluar el impacto de la ingesta de espermidina en un grupo de 85 participantes, cuyas edades oscilaban entre los 60 y 96 años, y que residían en seis centros de cuidados para personas de la tercera edad. Un grupo recibió un panecillo de grano (panecillo A), y cada panecillo A aportó 3,3 mg de espermidina. El segundo grupo recibió panecillos horneados con salvado de trigo en vez de germen de trigo (panecillo B) que brindaban 1,9 mg de espermidina por panecillo. Además de las pruebas de memoria, se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de espermidina. Los resultados revelaron una conexión evidente entre la administración de espermidina, los niveles de espermidina en la sangre y la mejora del desempeño cognitivo y la memoria. De acuerdo con los resultados y los análisis sanguíneos, se determinó que la dosis diaria mínima de espermidina requerida para observar mejoras era de 3,3 mg (aproximadamente equivalente a dos cucharadas soperas de germen de trigo). Tal determinación ha resultado ser muy importante.
Un ensayo piloto adicional, con diseño doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, demostró que tres meses de suplementos de espermidina previnieron la pérdida de memoria en sujetos ancianos con una dosis de 1,2 mg de espermidina al día. Estos resultados prometedores llevaron a la realización de un ensayo controlado y aleatorizado de 12 meses, denominado «Ensayo SmartAge» (SmartAge Trial), con el fin de evaluar el efecto de la suplementación con espermidina en la función cerebral y los biomarcadores relacionados en pacientes que padecen deterioro cognitivo a lo largo de un período más extenso. No obstante, en este estudio, la dosis diaria de espermidina fue de solo 0,9 mg al día, y no se registraron mejoras estadísticamente significativas en el Ensayo SmartAge. Como se mencionó, el umbral de los efectos positivos de la suplementación con espermidina se estima en 3,3 mg al día. Por lo tanto, la dosis no fue suficiente para producir un beneficio apreciable.
Existe otro estudio sobre la suplementación de espermidina que resulta relevante en el contexto de la salud cerebral. El estudio investigó la relación entre la ingesta de espermidina y la adherencia a la dieta mediterránea en individuos de edad avanzada que presentaban deterioro cognitivo. El estudio analizó las mediciones estructurales del cerebro con ayuda de (imágenes por resonancia magnética (IRM). Por lo general, a medida que las personas envejecen, se experimenta una pérdida de cambios estructurales cruciales en el cerebro, como la reducción del volumen cerebral total, del volumen del hipocampo y del grosor cortical.
Una mayor ingesta de espermidina se asoció positivamente con una mejora de las medidas estructurales en todos ellos. La espermidina aumentó los beneficios observados con la dieta mediterránea en el mantenimiento de la salud cerebral durante el proceso de envejecimiento.
Referencias:
