Las vitaminas liposomales son fáciles de usar, lo más seguras y efectivas posible. Las vitaminas se encuentran en el interior de los liposomas (se trata de esferas microscópicas cuya cubierta está formada por moléculas de los mismos fosfolípidos naturales que se encuentran en las membranas celulares) y, por tanto, están protegidas de la oxidación. No afectan negativamente al tracto gastrointestinal. Las formas líquidas también son convenientes para aquellos que tienen problemas para tragar tabletas y cápsulas. El uso de la tecnología de fabricación de liposomas ha mejorado la biodisponibilidad hasta un 95 % o más. El cuerpo reconoce los liposomas como un componente amigable con las células y les permite integrarse en la estructura de las áreas dañadas de la membrana, transfiriendo la sustancia activa que contiene a la célula. Esto es lo que proporciona la absorción sorprendentemente alta de los liposomas. Además, los complejos vitamínicos liposomales son fuente de fosfolípidos, sustancia de la que carece todo organismo en nuestra época, es esta la que restaura las membranas celulares de todo el organismo. Dado que las vitaminas liposomales tienen una alta biodisponibilidad (absorción del medicamento), al prescribir, el médico puede reducir la dosis del medicamento. Es importante recordar que el curso y su eficacia siempre son evaluados y supervisados por un médico en función de los resultados de sangre. Por lo tanto, las citas y las correcciones de rumbo siempre requieren el asesoramiento de expertos. Especialmente si las vitaminas se toman para restaurar el cuerpo y no con fines profilácticos.
