La curcumina es un compuesto de color amarillo anaranjado brillante que se encuentra en la cúrcuma y que proporciona el color distintivo al curry (y que se suele añadir también a la mostaza amarilla). La cúrcuma, utilizada con fines medicinales desde hace miles de años, es una hierba venerada en la medicina ayurvédica. Aunque normalmente se considera un antiinflamatorio que ayuda a combatir el dolor y la inflamación, la curcumina ha empezado a revelar un potencial importante para mejorar aspectos de la salud mental. Algunos ensayos clínicos recientes sugieren que la curcumina podría ser útil para la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia.

Desde el punto de vista estructural, la curcumina se conoce como un “polifenol”. Los polifenoles se encuentran distribuidos ampliamente en la naturaleza, en muchos tipos de plantas. Además de la curcumina, también se están estudiando varias hierbas que contienen flavonoides por sus posibles beneficios para la salud mental, como el té verde, las semillas de uva y los extractos de corteza de pino. En general, los polifenoles como la curcumina son antioxidantes eficaces, lo que probablemente contribuye a sus efectos beneficiosos para la salud.

1. La curcumina y la depresión

La depresión puede ser difícil de tratar, ya que solo alrededor del 50 % de los pacientes responden a los medicamentos estándar. Incluso los pacientes que responden suelen mejorar solo de forma parcial, y presentan síntomas residuales considerables. Se necesitan tratamientos alternativos, sobre todo con un perfil de seguridad sólido, para la gran cantidad de pacientes que no responden bien a las terapias estándar.

Aunque algunos otros tratamientos naturales para la depresión son prometedores, como la hierba de San Juan y el azafrán, las últimas investigaciones sobre la curcumina indican que también es posible que ayude con la depresión y el bajo estado de ánimo. El interés por la curcumina como tratamiento de la depresión ha ido creciendo a medida que los modelos animales han mostrado numerosos efectos, como la normalización de la respuesta al estrés, efectos antiinflamatorios y mejoras en la función de los neurotransmisores, incluida la serotonina.

Los ensayos clínicos sobre la curcumina para la depresión solo se han realizado en los últimos 10 años, ya que los ensayos comenzaron en 2013. En el primer ensayo clínico se usó una dosis bastante baja de curcumina combinada con extracto de pimienta negra para mejorar la absorción. A los pacientes se les recetó un medicamento estándar combinado con curcumina o un placebo durante cinco semanas. Aunque los resultados no fueron significativos, sí que se encontraron tendencias hacia un alivio más rápido con la curcumina que sin ella.

Otros estudios exploraron distintas formulaciones de curcumina con diversos rangos de dosificación. En un metaanálisis reciente se combinaron los resultados de nueve ensayos clínicos distintos y se concluyó que la curcumina mejora los síntomas de la depresión. Incluso se comprobó que el tamaño del efecto era considerable, lo que indica la existencia de efectos antidepresivos sólidos. Sin embargo, vale la pena señalar que otras revisiones han cuestionado la calidad de la evidencia, afirmando que es necesario realizar más investigaciones para comprender plenamente los beneficios reales.

2. La curcumina y la ansiedad

Aunque varios tratamientos naturales comienzan a ser prometedores para la ansiedad, como la pasionaria, el limoncillo, la ashwagandha y la kava, los ensayos clínicos con curcumina también han resultado prometedores. Dado que muchos pacientes que sufren depresión también luchan contra la ansiedad, muchos de los ensayos clínicos sobre la curcumina evaluaron los síntomas de la depresión y la ansiedad combinados.

Aunque no todos los ensayos encontraron efectos contra la ansiedad, la mayoría sí. Algunas de las revisiones más recientes han concluido que la curcumina es útil tanto para la depresión como para la ansiedad.

3. La curcumina y la enfermedad de Alzheimer

El tipo más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer La enfermedad tiene un inicio sumamente lento, que probablemente se desarrolle a lo largo de 10 a 20 años a medida que se acumulan las lesiones en el cerebro. Entre los síntomas iniciales se encuentran los problemas de memoria, pero a medida que la enfermedad avanza puede ser devastadora, ya que los pacientes son incapaces de cuidar de sí mismos y no reconocen a sus amigos o familiares.

Los principales tratamientos actuales para la enfermedad de Alzheimer pueden mejorar las funciones de forma moderada; sin embargo, no frenan la progresión del proceso de la enfermedad subyacente. Dado que el mundo se enfrenta a una epidemia de pacientes con demencia, ahora, más que nunca, necesitamos mejores herramientas de prevención y tratamiento.

Al igual que ocurre con otras enfermedades, algunas investigaciones clínicas preliminares señalan los beneficios de una serie de métodos naturales, como el aceite de pescado, la citicolina, la acetil-L-carnitina, entre otros. Entre los tratamientos naturales, la curcumina también resulta prometedora.

Los problemas de azúcar en la sangre y la diabetes están estrechamente relacionados con el alzhéimer. La conexión es tan intensa que la enfermedad de Alzheimer se ha descrito como una diabetes de tipo 3. La curcumina ha demostrado su utilidad para controlar el azúcar en sangre, uno de los factores causantes de la enfermedad.

Además, la enfermedad de Alzheimer presenta lesiones cerebrales características que se producen a lo largo de muchos años, como las placas amiloides y los ovillos tau. Se ha demostrado que la curcumina, al menos en modelos animales, inhibe la formación de placas amiloides y disminuye los niveles de las ya formadas. Si estos efectos se mantienen en los seres humanos, y parece que así es, la curcumina podría servir tanto para la prevención como para el tratamiento.

Ensayos en humanos sobre la curcumina y la demencia

Los ensayos en humanos son escasos por el momento, pero resultan prometedores. En un estudio se comparó la curcumina con un placebo en adultos mayores. A lo largo de un año, los participantes que consumieron curcumina mantuvieron estable su función cognitiva, mientras que los que recibieron el placebo mostraron un deterioro considerable.

Probablemente el estudio más impresionante ha sido un ensayo de una forma biodisponible de curcumina (teracurmina) en personas mayores sin demencia. Durante 18 meses, la memoria y la atención mejoraron en los sujetos que recibieron curcumina. Además, las imágenes mostraron que tanto las placas amiloides como los ovillos tau disminuyeron en el transcurso del estudio. Los datos indican la capacidad preventiva de la curcumina frente al deterioro cognitivo y la demencia.

Aunque no en todos los ensayos en humanos se han detectado beneficios con la curcumina, los regímenes de dosificación y la forma de curcumina utilizada han variado considerablemente entre los estudios. También es posible que la curcumina funcione mejor como intervención temprana que como tratamiento para pacientes a los que ya se les han diagnosticado problemas de memoria más importantes.

Seguridad de la curcumina

Se ha demostrado que la curcumina es bastante segura y suele ser bien tolerada en los ensayos clínicos. Sin embargo, cabe destacar dos preocupaciones. En primer lugar, existen algunos informes de toxicidad hepática autoinmune inducida por la curcumina, y uno de ellos está bien documentado. Cuando se suspendió la curcumina, el paciente se recuperó. Con la cantidad de curcumina que se utiliza como suplemento, y con numerosos estudios clínicos en humanos que solo muestran beneficios para el hígado, incluso en la enfermedad hepática, los riesgos de toxicidad hepática debido a la curcumina son probablemente poco frecuentes, pero aun así vale la pena reconocerlos. Si una persona desarrolla síntomas de enfermedad hepática, como náuseas, picazón y ojos o piel amarillentos mientras toma curcumina, debe acudir a un médico y suspender el suplemento.

Es posible que el motivo de los recientes casos de inflamación del hígado con la curcumina se deba a los productos que contienen piperina, como se ha indicado en la evaluación de estos informes de casos. La segunda preocupación con respecto a la seguridad con la curcumina es que también es posible que algunos productos de curcumina puedan contener disolventes residuales, metales pesados u otro tipo de adulterantes que puedan provocar lesiones en el hígado. Otro posible problema es que también han entrado en el mercado versiones sintéticas de la curcumina que cuestan aproximadamente 1/5 del precio de la curcumina natural. Estos posibles problemas con el control de calidad de los productos de curcumina en el mercado ponen de manifiesto la importancia de adquirir la curcumina directamente de proveedores reputados que puedan verificar que su producto procede de fuentes naturales y no contiene contaminantes, aunque, para ser claros, es posible que esta protección no elimine por completo el riesgo de toxicidad hepática en circunstancias poco frecuentes.

Biodisponibilidad

La curcumina no es hidrosoluble y normalmente el tracto digestivo la absorbe muy poco. Por lo tanto, muchos suplementos tienen algún método para aumentar la absorción. El extracto de pimienta negra (piperina), las versiones de nanopartículas y los productos emulsionados se usan con frecuencia para mejorar la biodisponibilidad. Por lo general, se recomienda el uso de productos que hayan demostrado una mayor absorción y estudios clínicos que respalden esta ventaja.

Conclusión

La curcumina es un producto herbal muy interesante que parece tener un gran potencial para apoyar la salud mental. La curcumina es muy prometedora, ya que puede ayudar a combatir la depresión y la ansiedad, así como a prevenir algunas de las enfermedades mentales más preocupantes asociadas al envejecimiento. A medida que se realicen más investigaciones clínicas, podremos comprender mejor cuáles son las mejores formas de utilizar la curcumina para favorecer la salud mental.

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