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Por Dr. Eric Madrid, doctor en medicina
La palmitoiletanolamida, o PEA, aporta diversos beneficios para la salud, desde la reducción de la inflamación y el dolor hasta los beneficios intestinales y antienvejecimiento. En este artículo, exploraremos cómo funciona la PEA, sus beneficios para la salud, cómo puede garantizar la ingesta de una cantidad suficiente en su dieta y si debe considerar la posibilidad de tomar un suplemento.
La palmitoiletanolamida es un ácido graso que se encuentra de forma natural en todo el organismo. Podría desempeñar un papel importante en varios procesos biológicos, concretamente en el sistema endocannabinoide (SEC).
El organismo produce mayores cantidades de PEA en presencia de estrés físico y mental. Las infecciones, el dolor, los alérgenos, las toxinas, los daños causados por los rayos UV, los pesticidas, los glúteos y los carcinógenos también pueden desencadenar su producción. No es de extrañar que la palmitoiletanolamida posea propiedades antiinflamatorias y analgésicas y que se esté investigando como tratamiento para diversas afecciones.
En concreto, se ha demostrado que la palmitoiletanolamida tiene efectos neuroprotectores y podría ayudar a tratar trastornos neurológicos.
Los mecanismos por los que la palmitoiletanolamida podría funcionar aún no se conocen del todo. Sin embargo, hemos avanzado mucho gracias a la profesora Rita Levi-Montalcini, que aclaró el mecanismo de acción entre 1992 y 1996. Posteriormente, estudió la PEA para el dolor neuropático y las alergias.
Se cree que la PEA cumple cuatro funciones principales:
Todas las células del cuerpo humano producen la PEA de forma natural. Se produce en mayores cantidades durante los momentos de estrés físico. Sin embargo, la palmitoiletanolamida (PEA) está presente en varios alimentos, como por ejemplo:
El dolor crónico es un problema grave en todo el mundo y seguirá siendo un problema con el envejecimiento de la población. Una de las funciones de la PEA es ayudar a regular el dolor y la inflamación. La PEA interactúa con los receptores CB1 y CB2, que forman parte del sistema endocannabinoide. Este sistema es responsable de mantener la homeostasis o el equilibrio en el organismo.
El organismo libera endocannabinoides para ayudar a controlar la respuesta inmunitaria cuando se produce una lesión o una inflamación. La PEA ayuda a aumentar los niveles de endocannabinoides en el cuerpo, lo que en última instancia provoca una reducción del dolor y la inflamación.
Además, la PEA reduce la liberación de sustancias químicas inflamatorias y reduce la inflamación general de los nervios. Estos efectos hacen que la PEA sea una posible herramienta para ayudar a controlar el dolor y la inflamación. Los estudios indican que la PEA también podría resultar útil para tratar la ciática y el síndrome del túnel carpiano.
Los estudios clínicos han demostrado que la PEA trata de forma eficaz el dolor relacionado con diversas afecciones, como el dolor neuropático, la fibromialgia, las migrañas y los trastornos musculoesqueléticos.
La osteoartritis es una enfermedad crónica que afecta a la mayoría de las personas de más de 50 años. Con el paso del tiempo, el cartílago que amortigua las articulaciones se va rompiendo. Llevar un estilo de vida saludable y activo puede ralentizar este proceso. Por suerte, la PEA podría ser una de esas sustancias que pueden ayudar a reducir el dolor relacionado con la artritis una vez que se produce. Los estudios demuestran que la PEA también podría resultar útil en quienes padecen artritis reumatoide.
La PEA está presente de forma natural en el organismo y sus niveles aumentan cuando se producen daños en los tejidos. La PEA actúa inhibiendo la producción de mediadores inflamatorios, como la ciclooxigenasa-2 (COX-2) y la interleucina-1β (IL-1β). Cabe destacar que esto es similar a lo que hacen los medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno, el ketoprofeno y el diclofenaco.
Además, se ha demostrado que la PEA estimula la producción de factores antiinflamatorios, como la IL-10. Se cree que los efectos antiinflamatorios de la PEA se deben, al menos en parte, a la activación del receptor alfa activado por el proliferador de peroxisomas (PPARα).
En modelos animales, la PEA reduce de forma eficaz la inflamación y el dolor relacionados con la artritis, las lesiones traumáticas y la cirugía.
En los ensayos clínicos en humanos, la PEA trata los síndromes de dolor crónico, como la fibromialgia y la lumbalgia[ix]. Además, parece que la PEA es inocua y se tolera bien, con pocos efectos secundarios según los estudios revisados. En conjunto, estos datos indican que la PEA podría tener un posible efecto terapéutico en el tratamiento de afecciones artríticas caracterizadas por la inflamación y el dolor. En un estudio de 2021 se afirmó que la PEA podría ser una opción de tratamiento eficaz para la artrosis.
La capacidad de ralentizar el progreso del envejecimiento es un objetivo digno que muchos científicos de todo el mundo han emprendido. Se cree que la PEA actúa como agente antienvejecimiento al ayudar a proteger las células de los daños causados por la oxidación, que es una de la principales causas del envejecimiento.
La oxidación se produce cuando las células se exponen a una actividad excesiva de los radicales libres, lo que puede provocar la muerte prematura de las mismas. Los alimentos poco saludables que consumimos, el tabaco que fumamos y otras exposiciones ambientales como la contaminación atmosférica también favorecen los daños oxidativos. La palmitoiletanolamida ayuda a prevenir estos daños al eliminar los radicales libres y reducir la inflamación general del organismo.
Además, se ha demostrado que la palmitoiletanolamida estimula la producción de colágeno y otras proteínas cutáneas esenciales. Como resultado, podría disminuir la aparición de arrugas y líneas de expresión y proteger las células internamente.
Las reacciones alérgicas son la respuesta del sistema inmunitario ante una "amenaza percibida". En la mayoría de los casos, se trata de una molestia que se traduce en picazón en los ojos, la nariz o la piel. En otras ocasiones, las reacciones alérgicas pueden poner en peligro la vida, como en el caso de una reacción anafiláctica. Al exponerse a un factor desencadenante, el organismo libera histaminas, que provocan síntomas como picazón, hinchazón y aumento de la producción de mucosidad.
Se cree que la palmitoiletanolamida actúa reduciendo la liberación de histaminas de los mastocitos. En estudios con animales, la palmitoiletanolamida resultó ser eficaz para quienes padecen picazón crónica en la piel debido a las alergias.
En un estudio realizado en 2008 también se observó una mejora de los síntomas del eczema en quienes se aplicaron la PEA en forma de crema sobre la piel. Los pacientes tenían menos picazón y, como resultado, mejoraban la calidad del sueño.
Además de los BCAA (aminoácidos de cadena ramificada), se cree que la PEA también es eficaz en la recuperación después del ejercicio. El mecanismo de acción y la forma en que ayuda a los deportistas no se conocen del todo, pero se cree que actúa reduciendo la inflamación y favoreciendo la cicatrización. Según un artículo reciente, también parece estimular la síntesis muscular.
Los suplementos de PEA tienen una buena tolerancia y pocos efectos secundarios, lo que los convierte en una opción prometedora para los deportistas que desean mejorar sus tiempos de recuperación. Aunque es necesario realizar más investigaciones para determinar el alcance total de sus beneficios, la PEA es una forma segura y eficaz de reducir la inflamación inducida por el ejercicio y promover la recuperación y la síntesis muscular.
Mantener el cerebro sano es de vital importancia para prevenir enfermedades degenerativas crónicas y para ayudar a mantener la memoria aguda.
La palmitoiletanolamida (PEA) es un ácido graso natural que se produce en el cerebro. La PEA tiene efectos antiinflamatorios y neuroprotectores. La PEA estimula las células cerebrales sanas y reduce la inflamación en el cerebro. La PEA también protege a las neuronas cerebrales contra la excitotoxicidad, el estrés oxidativo y la muerte celular inducida por mediadores inflamatorios.
La PEA también ha demostrado su utilidad a la hora de reducir la inflamación y mejorar los resultados neurológicos en modelos animales de ictus, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, infecciones, lesiones cerebrales traumáticas y un trastorno del espectro autista.
En concreto, en un estudio realizado en 2017 se llegó a la conclusión de que una forma de PEA "ralentizaba la progresión de la enfermedad y la discapacidad en los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson". En este estudio, los pacientes seguían tomando sus medicamentos habituales para tratar la enfermedad de Parkinson.
Estos resultados indican que la PEA podría ser un método terapéutico prometedor para tratar los trastornos neurodegenerativos y neuroinflamatorios. No obstante, es necesario realizar más investigaciones antes de llegar a conclusiones definitivas.
En las últimas décadas, los científicos han aprendido mucho sobre la importancia de las bacterias intestinales, el microbioma, y su función en la salud y el bienestar general. Un microbioma intestinal diverso ayuda a garantizar una barrera intestinal intacta para evitar que las toxinas nocivas se absorban en el torrente sanguíneo, lo que puede producir efectos adversos en el cerebro y el organismo.
Al parecer, la palmitoiletanolamida (PEA) también desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud intestinal gracias a sus efectos antiinflamatorios. Las pruebas más recientes indican que la PEA también podría desempeñar un papel importante en la salud intestinal a través del eje intestino-cerebro (EIC).
La capacidad de la PEA para evitar la activación de la TRPV1 (una proteína intestinal) podría ayudar a mantener la integridad de la barrera intestinal. Cuando esta proteína intestinal única se activa, se produce un aumento de la permeabilidad intestinal, lo que contribuye a la existencia de un "intestino permeable".
Según los estudios, la PEA puede servir de ayuda a quienes tienen un intestino permeable, una afección en la que la barrera intestinal se ve afectada. El intestino permeable se ha relacionado con las migrañas, la fibromialgia, la artritis y las enfermedades autoinmunes, entre otras.
Por último, la capacidad de la PEA para reducir la inflamación mediante varios objetivos la convierte en un candidato prometedor para el tratamiento de las enfermedades intestinales inflamatorias, como la enfermedad intestinal inflamatoria (EII). La EII es un trastorno inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Los tratamientos actuales para la EII se centran en la supresión de la respuesta inmunitaria; sin embargo, estos tratamientos muchas veces tienen una eficacia limitada y presentan unos efectos secundarios importantes. Un estudio realizado en 2015 en animales demostró que la PEA podría ayudar a reducir la inflamación intestinal. Por último, en otro estudio de 2021 se demostraron los beneficios de la PEA para reducir la inflamación del colon.
Las migrañas, que se presentan con frecuencia como dolores de cabeza punzantes y a veces provocan náuseas y sensibilidad a la luz, afectan a 1000 millones de personas en todo el mundo. Algunos estudios indican que una de cada siete personas sufrirá este fuerte dolor de cabeza en algún momento de su vida, casi una de cada cinco mujeres y uno de cada 15 hombres.
La PEA reduce de forma eficaz el dolor durante las migrañas. El mecanismo de acción de la PEA sobre las migrañas no está del todo claro, pero se cree que tiene que ver con la regulación de los mediadores inflamatorios, como las prostaglandinas y las citoquinas.
En un estudio de 2022 se administró PEA a 25 pacientes (22 mujeres y 3 hombres) que sufrían migrañas. El número de días con dolores de cabeza disminuyó de 10 al mes a 6,6 días al mes. También se redujo el uso de analgésicos. No hubo efectos secundarios adversos. Los autores concluyeron que la PEA podría servir para tratar y prevenir las migrañas. Por último, en un estudio realizado en 2020 en niños, también se demostró que la PEA resulta eficaz en el tratamiento de las migrañas.
Los estudios también han demostrado que la PEA podría resultar útil para la depresión, la ansiedad, la fibromialgia, la colitis ulcerosa, la recuperación de accidentes cerebrovasculares y el síndrome del intestino irritable.
No se conocen interacciones con otros medicamentos. Por lo general, este suplemento es adecuado para niños, adultos, personas mayores y deportistas. Si tiene alguna duda, consulte a su médico.
400 a 600 mg una o dos veces al día.
Referencias:
