Las especias pueden hacer que una comida insulsa adquiera sabor y gusto al instante. Las especias también pueden aportar complejidad y variedad al sabor de los alimentos corrientes, haciéndolos nuevos y emocionantes. Pero, ¿es eso todo lo que tienen estos potenciadores culinarios habituales? Las investigaciones indican que las especias podrían ser beneficiosas para muchas cosas más que para el paladar. La ciencia comienza a demostrar que las especias podrían ser agentes antiinflamatorios eficaces.

¿Qué son las especias?

Las especias son diversas partes de plantas cultivadas por sus cualidades aromáticas, sabrosas y agradables. Las especias pueden proceder de las raíces, los rizomas, los tallos, la corteza, las hojas, las flores o las semillas de una planta.

Los numerosos fitoquímicos que contienen las especias actúan conjuntamente para darles un perfil de sabor característico. Aunque se cosechan cuando están frescas, las especias suelen secarse para intensificar su sabor.

Uno de los componentes que confiere a las especias su sabor es un aceite volátil. Estos aceites también contribuyen al aroma particular de muchas especias. Los estudios indican que es posible que estos aceites volátiles y otros fitonutrientes tengan también propiedades antiinflamatorias eficaces.

Algunas de las especias más estudiadas que podrían ayudar a combatir la inflamación son la cúrcuma, el jengibre, el azafrán, la pimienta negra y la canela.

Cúrcuma

La cúrcuma, o Curcuma longa, es conocida como la especia dorada por su profundo tono amarillo anaranjado. La cúrcuma se ha utilizado durante mucho tiempo en las culturas antiguas y tradicionales con fines medicinales. Por ejemplo, en la medicina ayurvédica, la cúrcuma se utilizaba para mejorar la digestión, aliviar la artritis, regular la menstruación, aliviar los gases e incluso fortalecer la energía general del cuerpo para mejorar la longevidad.

Las investigaciones modernas señalan que la cúrcuma podría ayudar a mejorar el dolor articular provocado por la artrosis. Esto se debe a su principal ingrediente activo, la curcumina. Las investigaciones indican que la curcumina actúa como un antiinflamatorio potente al impedir la liberación de citoquinas, o mensajeros celulares, como la interleucina 6, que promueven la inflamación del organismo.

La curcumina podría ayudar a disminuir esta inflamación y también a reducir el dolor. La curcumina también se ha investigado para muchas otras afecciones, como la diabetes, el síndrome metabólico, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

En la mayoría de las investigaciones se ha comprobado que la ingesta dietética de cúrcuma era insuficiente para lograr los posibles beneficios positivos de la curcumina para la salud. Esto se debe a que el organismo no puede absorber ni utilizar de forma eficaz la curcumina alimentaria.

Dado que es posible que la curcumina alimentaria presente en la cúrcuma no tenga una alta biodisponibilidad, tomar un suplemento de curcumina puede ser la mejor manera de recibir los posibles beneficios para la salud.

Jengibre

El jengibre, conocido científicamente como Zingiber officinale, es una especia potente que durante mucho tiempo se ha promocionado como el remedio casero para las náuseas y los vómitos, sobre todo en el caso de las mujeres embarazadas. Aunque las investigaciones indican que el jengibre podría aliviar las náuseas y los vómitos, esta especia picante también podría poseer propiedades antiinflamatorias potentes.

En un estudio de gran alcance se analizaron 109 ensayos controlados aleatorios sobre el jengibre en la salud humana. Según este estudio, el jengibre reduce la inflamación de dos maneras. En primer lugar, detenía la liberación de citoquinas (mensajeros celulares) proinflamatorias y luego cambiaba la expresión de genes específicos relacionados con la inflamación. En este estudio también se descubrió que el jengibre ayudaba a reducir el dolor de las personas que padecían artritis reumatoide y osteoartritis.

Otros estudios indican que el jengibre podría poseer propiedades antiinflamatorias debido a la gran cantidad de shogaoles, los principales componentes activos de esta hierba picante. Los shogaoles podrían ayudar a reducir la inflamación al inhibir las enzimas inflamatorias y las citoquinas como la ciclooxigenasa 2 y la interleucina 6. Por tanto, el jengibre también podría contribuir a reducir el dolor.

Aunque el jengibre puede consumirse fresco, los estudios indican que es posible que sea más beneficioso consumir jengibre seco o tratado térmicamente, ya sea como hierba alimentaria o en forma de suplemento. Esto se debe a que el jengibre fresco tiene un alto contenido de gingeroles, mientras que el jengibre tratado térmicamente tiene un mayor contenido de shogaoles.

Azafrán

El azafrán, Crocus sativus, es reconocido como la especia más costosa del mundo debido a su intenso proceso de recolección. Aunque esta especia amarilla se distingue por su precio y su sabor, la reducción de la inflamación podría ser la razón de su fama.

Desde hace siglos, el azafrán se viene utilizando de forma tradicional como hierba medicinal en muchas culturas. En los estudios realizados sobre el azafrán se ha descubierto que podría resultar útil para afecciones tan diversas como la hipertensión arterial, las convulsiones, la depresión, la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer.

Esto se debe a la crocina, uno de los principales ingredientes activos del azafrán. Las investigaciones señalan que la crocina podría proteger a las células cerebrales frente a la muerte celular programada (apoptosis) al reducir la inflamación que se produce en el cerebro. Las investigaciones también señalan que la crocina podría ayudar a reducir la expresión de los genes causantes de la inflamación, al mismo tiempo que podría proteger contra el estrés a determinados orgánulos celulares, como el retículo endoplásmico.

Los estudios también revelan que el azafrán podría reducir el malondialdehído, un marcador estándar del daño causado por los radicales libres. Unos niveles elevados de malondialdehído también se relacionan con un aumento de la inflamación, así que el azafrán podría actuar como un antioxidante eficaz y como un antiinflamatorio.

El azafrán tiene una baja biodisponibilidad en cantidades alimentarias. El uso del azafrán como única especia aromatizante de las comidas no aumentará el número de componentes beneficiosos, como las crocinas, en el torrente sanguíneo porque los componentes del azafrán tienen una mala absorción en el intestino cuando se ingieren en cantidades pequeñas. La administración de suplementos de azafrán podría sortear esta barrera al suministrar suficiente especia para aumentar la absorción en el organismo.

Pimienta negra

Todo el mundo conoce la pimienta negra que acompaña a la sal de mesa en todas las comidas. La pimienta negra, reconocida por su capacidad de añadir un poco de picante a cualquier plato, es un elemento básico tanto para los cocineros experimentados como para los principiantes. Lo que sí puede resultar sorprendente es que la pimienta negra puede ser un antiinflamatorio potente.

La pimienta negra, también conocida como Piper nigrum, posee una variedad de fitoquímicos que le confieren un sabor muy complejo. El componente principal de la pimienta negra es la piperina, que le da su carácter picante.

Aunque la piperina da un toque picante, también podría actuar como antiinflamatorio. Las investigaciones señalan que es posible que la piperina tenga propiedades antiinflamatorias. Por ejemplo, en un estudio en el que participaron adultos mayores que padecían síndrome metabólico se observó una reducción de los marcadores de inflamación tras tomar un suplemento que incluía piperina. El grupo de adultos que tomó el suplemento de piperina registró un descenso de sus niveles de ferritina y una disminución de los niveles de proteína C reactiva (PCR). Tanto la ferritina como la PCR elevadas son indicadores de inflamación.

Es posible que la pimienta negra tenga también propiedades contra el dolor o analgésicas y características antiinflamatorias. En un estudio realizado con animales se descubrió que la pimienta negra ayudaba a aliviar sus dolores tras sufrir una lesión.

Además, se ha demostrado que la pimienta negra aumenta la biodisponibilidad y la absorción de muchas otras hierbas y nutrientes como la curcumina.

Los estudios indican que la pimienta negra actúa así al inhibir la glicoproteína P humana y el citocromo P450 3A4, que son proteínas que contribuyen a la eliminación de fármacos y otras moléculas del organismo.

Canela

La canela, o la especie Cinnamomum (spp.), suele despertar pensamientos de golosinas sabrosas o platos exóticos, pero esta especia dulce también podría poseer propiedades antiinflamatorias potentes. Aunque se ha utilizado como hierba medicinal tradicional durante milenios, la canela es ahora objeto de estudio por parte de la medicina moderna. Estos estudios indican que la canela podría desempeñar un papel fundamental en la reducción de la inflamación.

En un estudio se descubrió que la canela detiene el movimiento de los glóbulos blancos, concretamente de los neutrófilos, como respuesta a los mensajeros celulares inflamatorios. Detener esta migración de neutrófilos puede reducir la inflamación en general.

Los estudios in vitro, o realizados fuera del organismo, como en tubos de ensayo, demostraron que la canela reducía los niveles de citoquinas inflamatorias como la interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa).

Los estudios indican que la canela también podría reducir la inflamación al bloquear la COX-2, una enzima causante del aumento de la inflamación y el dolor. Esto hace pensar que la canela también podría desempeñar un papel importante en el alivio del dolor.

La canela podría ser fundamental para reducir los niveles de glucosa o azúcar en la sangre en las personas diabéticas. Los estudios revelan que la canela actúa de dos maneras distintas. En primer lugar, la canela podría actuar como un imitador de la insulina, de modo que el organismo crea que los componentes de la canela ingerida, como los polifenoles, son insulina. En segundo lugar, la canela podría ayudar a que los tejidos del cuerpo sean resistentes a la insulina y más sensibles a las hormonas que reducen el azúcar en la sangre.

La canela tiene una alta biodisponibilidad, lo que significa que el organismo podría beneficiarse de las cantidades alimentarias. No obstante, la administración de suplementos de canela podría ser aún más beneficiosa para determinadas enfermedades como la diabetes.

Conclusión

Las especias pueden hacer que la vida tenga mucho más sabor. Pueden hacer que una comida insípida sea estimulante y que incluso los alimentos más corrientes parezcan exóticos, pero también podrían tener el poder de hacer mucho más. Debido al estrés cada vez mayor que sufre el cuerpo y que contribuye a aumentar la inflamación, condimentar las cosas con estas especias antiinflamatorias podría aportar beneficios para la salud a lo largo de los años.

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